Quién me lo iba a decir que pasarían tantas cosas en un año. Los cambios són buenos, aunque al principio sean difíciles y desde que firmé el divorcio ha sido un cambio tras otro. Hace un año,me quedé toda la Semana Santa en Madrid, mientras buscaba piso. Y no estaba preparada todavía para abrir mi mente y menos para conocer a un gay. Mi sorpresa era que me sentí muy a gusto. Y le encantaba hablar de todo y era muy agradable, le vino a visitar otro amigo gay y les preparé una cena para ellos. Era todo surrealista. Pero me lo pasé muy bien y nos contaron que habían pasado por problemas cuándo se lo dijeron a sus padres. Y no les quisieron hablar durante un año. Porque no lo aceptaban en su familia. Algo parecido me pasó a mí. Porque en un pueblo, la mentalidad es muy cerrada. Cuándo vinieron a casa sus amigos y amigas, por cierto, yo no sabía que también tenían amigas, pero es verdad que con ellos sí que puedes ser amiga. Primero, quería esconderme y que no me vieran, ¡Madre mia!¿ Dónde me he metido? Aguanté el tipo, mi cabeza no estaba preparada para tantos cambios en un mes. Si todavía no se lo he explicado a mi familia, pensé. Dónde yo vivo en un pueblo no lo entienden.Les dije. Pues mira por dónde me hice amiga y confidente y le cogí mucha confianza, nunca pensaría que dijera esto. Y te reías con él y les gustan los mismos temas que a las chicas, la moda, las celébritys.. actrices,..él trabajaba de actor, y además guapísimo . Me fue bien para ver la vida moderna de hoy en día. Ahora entiendo que no importa nada tu actitud sexual y si tienes envidia de que sean felices, te aguantas. Ellos han cambiado de vida para sentirse bien con ellos mismos y se han enfrentado a un cambio social. He superado que me miraran raro en el pueblo, por ser divorciada. Y ahora los comprendo mucho más a ellos. Y los cambios són todos buenos.