Descubrí el arte cuándo tenía  20 años y gracias a Dalí.  Ahora a los 50 años he disfrutado igual como aquella vez, he vuelto a ver a Dalí en el Museo Reina Sofía en el mes de junio. Pues por las noticias dijeron que era la más visitada de todas las exposiciones que se han hecho hasta ahora. Ver que su pintura ha triunfado, me hace sentir un orgullo especial. Su pintura es realista y trata temas que conocemos.  Y los colores son muy alegres, sus azules sobretodo.  Pero a mí me pasó algo extraño, que tuve una atracción por Dalí y tuvimos que comprar varios cuadros o litografías , porque nos gustaron mucho a los dos. Digo nosotros porque los dos admirábamos a Dalí, y tengo muy buen recuerdo de aquella visita al Museo y debe ser que entonces nos gustaba lo mismo, y ahora ya no nos gustaba nada. Era un verano que yo tenía 20 años y cada vez que los veo me acuerdo  del primer viaje de novios  y que visité  el Museo Dalí de Figueras y quedé enamorada de sus cuadros y muebles que también diseño como  los sofás que eran unos labios .  Pues enmarqué las litografías que presidían el comedor de mi antiguo piso y ahora no sé dónde están, porque él quiso regalarlas a su madre, al cambiarnos , y se rompió algo cuándo me separé de esos cuadros, además me extrañó que no me lo dijera.  Desde luego que siempre pienso en esos cuadros, siento que algo nos separó, porque también nos unió el arte. Pero ahora lo entiendo, a mí me gusta más el arte. No era que me gustara Dalí sino que me gusta cualquier pintor y ahora mis hijas se dedican al arte. Yo no pude elegir ni saber ni que me gustaba, pero ellas si les gusta prefiero que se dediquen a ello, porque si algo te gusta puedes llegar a triunfar, pero como hizo Dalí no creo.. Ahora no añoro esos cuadros porque ya los puedo ver de verdad aquí en Madrid, ya he ido a ver a varios pintores, como Picasso, y el arte me hace evadirme. Además yo empecé gracias a mi hija que estudió una asignatura de bachiller dos años porque tuvo que repetir y yo la ayudaba a estudiar y por eso me aficioné también a los clásicos. Como Miguel Angel o Leonardo da Vinci. Quién me diría que disfrutaría de verlos otra vez y  al cabo de 30 años para admirarlos de verdad y no en una litografía . Es que la vida te da sorpresas continuamente.